El invierno llegó con fuerza y las bajas temperaturas pusieron en evidencia un problema recurrente para los propietarios e inquilinos en edificios de propiedad horizontal: el costo de las expensas.
En la Ciudad de Buenos Aires, se pagan en promedio $200.000 y en la provincia de Buenos Aires alrededor de $150.000 al mes. Sin embargo, en casos con amenities o servicios adicionales, las cifras pueden superar ampliamente los $250.000 o $300.000 promedio mensuales.
En un contexto de inflación, recién en baja en los últimos meses, y ajustes de tarifas, la presión sobre el bolsillo obliga a buscar estrategias para evitar que el uso ineficiente de la calefacción central, el agua caliente o la iluminación impacte de forma desmedida en las expensas. La clave pasa por revisar prácticas, acuerdos internos y tecnologías disponibles para administrar mejor los recursos del consorcio.
Qué saber y cómo reducir este costo a futuro
Desde la mirada de Juan Manuel Tapiola, CEO de la desarrolladora Spazios y autor del libro "Cómo ser dueño en Argentina", la discusión sobre expensas se volvió inevitable por el nivel de las cifras actuales. “Pagar expensas se volvió una tortura mensual en CABA. Hablamos de cifras que superan los $250.000 pesos en edificios sin amenities y que en los que sí los tienen —pileta, gimnasio, seguridad— superan los $300.000. Todo esto con una inflación que no da respiro y bolsillos cada vez más ajustados. La pregunta no es si molesta, sino qué podemos hacer con eso”, explicó.
Tapiola sostuvo que es posible reducir los costos sin resignar calidad de vida. “Comprobé que se puede pagar menos sin resignar calidad de vida ni vivir en edificios que parecen abandonados, disminuyendo las expensas en edificios con amenities a menos de 100.000 pesos”, dijo. Para lograrlo, planteó varios puntos clave.
En primer lugar, mencionó la sustitución de seguridad humana por sistemas electrónicos con cámaras, sensores y cerraduras inteligentes. “Menos gasto, más control, más tranquilidad”, resumió. En segundo término, remarcó la necesidad de un diseño eficiente desde la obra, con detalles como el uso de vinilo en piletas para reducir mantenimiento o la eliminación de espacios para basura en cada piso para optimizar personal.
Además, insistió en la importancia de un control activo de las cuentas. “El control del gasto no se terceriza. Hay que acordarse: licitaciones cada seis meses, comparar presupuestos, exigir eficiencia. Edificio que no controla, edificio que derrocha”, explicó. También resaltó la oportunidad de incorporar energías renovables y sistemas inteligentes: “LED, sensores de movimiento, paneles solares. No es ciencia ficción, es lógica financiera. La inversión se amortiza sola en pocos años”.
Tapiola subrayó que hay edificios que aplicaron estas ideas y hoy mantienen expensas de 50.000 a 70.000 pesos. Aconsejó tener en cuenta estos factores incluso al momento de elegir una propiedad: “Si vas a comprar una propiedad, pensá también en cuánto te va a costar mantenerla. No compres solo metros, comprá diseño inteligente”.
Finalmente, convocó a los vecinos a involucrarse y proponer cambios en sus consorcios. “Si ya sos parte de un consorcio, empezá a proponer este tipo de cambios. Quizás no puedas implementarlos todos, pero cada uno que logres bajará la cuenta y te acercará un poco más a tu objetivo final: ser dueño sin que te fundan las expensas”, concluyó.